El Mar del Diablo, desapariciones en aguas de Japón
El mundo renacentista fue tan bello como brutal. Asesinatos y conjuras estaban a la orden del día. Y el veneno se convirtió en el arma más sofisticada. Lo Que Nunca Viste
A simple vista, las grandes estatuas romanas que llenan las calles de la capital italiana, los museos arqueológicos de media Europa y que siguen apareciendo en los yacimientos arqueológicos del antiguo Imperio Romano son de un blanco casi inmaculado.
Los artistas renacentistas, como Miguel Ángel, las idolatraron e imitaron, pero olvidaron un detalle: las estatuas romanas no fueron blancas en su origen: estaban laboriosamente pintadas de vivos colores que ha ido desapareciendo con el tiempo.
Así lo han sospechado durante décadas los arqueólogos y lo demuestra ahora la ciencia. Uno de los últimos trabajos ha sido el publicado por investigadores de la Universidad de Córdoba (UCO) en el Instituto de Química Fina y Nanoquímica en la revista Microchemical Journal.
En la antigua provincia romana de la Bética, investigadores de la Universidad de Córdoba lograron detectar los colores utilizados por los artistas de la antigua Roma con una técnica láser denominada microespectroscopía Raman que permite determinar la naturaleza del pigmento mediante una técnica que incluye el uso del láser y un análisis de la luz dispersada
Su estudio revela la existencia de pigmentos de amarillo, azul y rojo en tres grandes estatuas aparecidas en el yacimiento arqueológico de Torreparedones (Baena, Córdoba).
Tras someter las tres esculturas a este análisis, los investigadores concluyeron que los artistas de la Bética emplearon el goethita para conseguir el amarillo, hematites para el rojo y el 'azul egipcio', un pigmento conocido desde la Antigüedad sintetizado a base de arena con cobre.
El virtuosismo de aquellos antiguos pintores de estatuas no se limitó a emplear los colores planos, sino que los mezclaron con carbonato y fosfato cálcico y sulfatos para matizarlos, logrando diferentes tonalidades y dotando a sus esculturas de una profundidad, que, si se hubieran conservado, probablemente hubieran impresionado como hizo todo su arte a los artistas renacentistas.
Fuente: http://www.muyhistoria.es/
Fecha |
19/Mar/2017
|
Etiquetas |
estatuas romanas
|
El mundo renacentista fue tan bello como brutal. Asesinatos y conjuras estaban a la orden del día. Y el veneno se convirtió en el arma más sofisticada. Lo Que Nunca Viste
El mundo renacentista fue tan bello como brutal. Asesinatos y conjuras estaban a la orden del día. Y el veneno se convirtió en el arma más sofisticada. Lo Que Nunca Viste
La vasija de arcilla fue enterrada bajo la cocina de una cabaña. Lo Que Nunca Viste
Boletín por email