Ochate, un pueblo fantasma

Quienes se animan a visitar y pasear las pocas casas que quedan en el pueblo, ya bastante destruídas, y conocen su historia, sienten una extraña sensación de miedo y respeto.
Ochate es tal vez el símbolo más fiel de todo lo paranormal y místico que puede albergar una leyenda de los pueblos fantasmas.
Ochate llegó a ser, en el siglo XIX, la zona más poblada de toda la comarca, en sólo diez años comenzó a desarrollarse la “maldición”: de tres grandes epidemias que arrasaron con toda la población.
La primera se hizo presente en el año 1860, cuando se extiende la viruela, de la que apenas sobreviven una decena de personas, en 1864 se propaga el tifus con furia devastadora y vuelve a destruír el lugar. Mucha gente estaba reticente a volver a ese pueblo, Ochate vuelve a repoblarse, pero la maldición del pueblo aún no había acabado.
En 1870, una epidemia de cólera sepulta de manera definitiva a las personas que intentaban reconstruir y repoblar el pueblo. El pequeño cementerio de la localidad no pudo abastecer a todos los cadáveres y tuvieron que enterrar casi todos los cuerpos en la vaguada que forma el cerro de la aldea.
Sin embargo, había una incógnita mayor en torno a todas estas desgracias: ¿Por qué éstas solamente afectaban al pueblo de Ochate sin mermar la salud de ningún otro habitante de aldeas cercanas?