4% de los adultos consumen cannabis

Los autores citan datos de la Organización de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD), según la cual en 2006 había 166 millones de consumidores de cannabis, de los 15 a los 64 de edad, o sea un 3,9% de la población mundial de personas de esa edad.

Este producto es sobre todo utilizado por los jóvenes en los países ricos, con Estados Unidos, Australia y Nueva Zelanda a la cabeza, pero al parecer su consumo está extendiéndose en todo el mundo.

Los profesores australianos Wayne Hall y Louisa Degenhardt ofrecen una visión de conjunto de la investigación sobre el cannabis.

En términos de salud pública, el consumo de cannabis "es probablemente modesto" en comparación con el fardo social que representan el alcohol, el tabaco u otras drogas ilegales.

Sin embargo, el uso de cannabis no deja de tener riesgos: la función pulmonar es afectada como en el caso del tabaco, el riesgo de accidentes de tránsito es real, las crisis de ansiedad o los episodios psicóticos en personas propensas a ello son frecuentes, sin contar con la dependencia...

Según los autores, alrededor del 9% de las personas que fuman cannabis se vuelven adictos. Si se compara con otras drogas, la dependencia a la nicotina es de 32%, a la heroína de 23%, a la cocaína de 17%, al alcohol de 15 % y para los estimulantes de 11%.

La mayoría de los fumadores empedernidos de cannabis (fumadores de larga data), también fuman tabaco, lo que hace difícil discernir su incidencia real en el cáncer de pulmón, por ejemplo.

Como en el caso del tabaco, el humo del cannabis contiene varios tóxicos, en algunos casos fuertemente concentrados. La tos y la bronquitis son cosa corriente entre los fumadores habituales de cannabis.

Así mismo, el consumo de tabaco y/o marihuana durante el embarazo puede contribuir a reducir el peso del niño que va a nacer. Finalmente, la comercialización actual de plantas seleccionadas con alto contenido de tetrahidrocannabinol (THC), el ingrediente activo del cannabis, es causa de preocupación.

Un alto nivel de THC puede aumentar los ataques de ansiedad, depresión y síntomas psicóticos entre los nuevos utilizadores, así como el riesgo de dependencia si los fumadores habituales no son capaces de medir sus dosis, señalan los autores.

fuente:montevideo.com.uy