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03:06 min.
09/Sep/2010
Lo Que Nunca Viste

El aceite de pescado es efectivo contra la diabetes e inflamaciones crónicas

Investigadores de la Escuela de Medicina de San Diego, de la Universidad de California, han identificado el mecanismo molecular que hace que los ácidos grasos omega-3 sean tan eficaces en la reducción de inflamaciones crónicas y resistencia a la insulina. El descubrimiento podría conducir al desarrollo de un remedio dietético simple dieta para muchos de los más de 23 millones de norteamericanos que sufren de diabetes y otras condiciones.

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Escribiendo en la edición anticipada en línea del 03 de septiembre de la prestigiosa revista Cell, Jerrold Olefsky, MD, y sus colegas identificaron un receptor clave en los macrófagos abundantes en la grasa corporal de las personas obesas. La obesidad y la diabetes están estrechamente correlacionadas. Los científicos dicen que los ácidos grasos omega-3 activan este receptor macrófago, dando lugar a amplios efectos anti-inflamatorios y mejorando la sensibilidad sistémica de insulina.

Los macrófagos son glóbulos blancos o leucocitos especializados de la sangre que se tragan y digieren los desechos celulares y agentes patógenos. Parte de esta respuesta del sistema inmune envuelve a los macrófagos, los cuales segregan citoquinas y otras proteínas que causan inflamación, un método para la destrucción de las células y objetos percibidos como nocivos. El tejido de grasa de los obesos contiene una enorme cantidad de estos macrófagos produciendo una gran cantidad de citocinas.

El resultado puede ser la inflamación crónica y el aumento de la resistencia a la insulina en las células vecinas demasiado expuestas a las citocinas. La resistencia a la insulina es la condición física en la que la insulina -hormona natural- se vuelve menos eficaz para regular los niveles de azúcar en la sangre en el cuerpo, dando lugar a innumerables problemas de salud a menudo graves, sobre todo la diabetes tipo 2.

Olefsky y sus colegas observaron los receptores celulares que responden a los ácidos grasos. Con el tiempo, redujeron su enfoque a un receptor de proteína G llamado GPR120, uno de una familia de moléculas de señalización que participan en numerosas funciones celulares. El receptor GPR120 sólo se encuentra en macrófagos pro-inflamatorios en células adiposas maduras. Cuando el receptor está apagado, el macrófago produce efectos inflamatorios.

Sin embargo, expuestos a los ácidos grasos omega-3, concretamente el ácido docosahexaenoico (DHA) y ácido eicosapentaenoico (EPA), el receptor GPR120 es activado, generando un fuerte efecto anti-inflamatorio. "Es un efecto increíblemente potente", dijo Olefsky, un profesor de medicina y decano asociado de asuntos científicos de la Escuela de MEdicina de San Diego. "Los ácidos grasos omega-3 activan al receptor, eliminando la respuesta inflamatoria".

Los científicos llevaron a cabo su investigación utilizando cultivos celulares y ratones, algunos de estos últimos genéticamente modificados para que carecieran del receptor GPR120. Todos los ratones fueron alimentados con una dieta alta en grasa, con o sin suplementación de ácidos grasos omega-3. El tratamiento de suplementación inhibió la inflamación y mejoró la sensibilidad a la insulina en ratones obesos, pero no tuvo ningún efecto en los ratones genéticamente modificados, aquellos que no tenían el receptor GPR120. Un agonista químico de los ácidos grasos omega-3 produjo resultados similares.

"Esta es la madre naturaleza trabajando", dijo Olefsky. "El receptor evolucionó para responder a un producto natural - los ácidos grasos omega-3 - para que el proceso inflamatorio pueda ser controlado. Nuestro trabajo muestra como los aceites de pescado con seguridad hacen esto, y sugiere una posible manera de tratar los problemas graves de inflamación en la obesidad y en condiciones como la diabetes, el cáncer y enfermedades cardiovasculares a través de la suplementación dietética simple".

Sin embargo, dijo Olefsky se requiere más investigación. Por ejemplo, no está claro cuánto aceite de pescado constituye una dosis inocua y eficaz. El alto consumo de aceite de pescado se ha relacionado con mayor riesgo de hemorragia y accidentes cerebrovasculares en algunas personas. En caso de que el aceite de pescado resultara poco práctico como agente terapéutico, Olefsky dice que la identificación del receptor GPR120 significa que los investigadores pueden trabajar hacia el desarrollo de un fármaco alternativo que imite las acciones del DHA y EPA que ofrezcan los mismos efectos anti-inflamatorios.

fuente:losarchivosdelatierra.com

imágen:radio19deabril.com
Fecha
09/Sep/2010
Etiquetas
aceite de pescado diabetes inflamaciones crónicas Escuela de Medicina de San Diego Universidad de California ácidos grasos omega-3
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