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18/Nov/2013
Lo Que Nunca Viste

Magia negra en la Antigüedad

Tales creencias eran conocidas desde hace mucho tiempo.

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El hombre ha buscado desde tiempos remotos los más diversos métodos para dominar a las fuerzas sobrenaturales en su propio beneficio.
La práctica de la magia se remonta al amanecer de la civilización, y todas las culturas antiguas contaron con un amplio abanico de prácticas relacionadas con el mundo sobrenatural.
Todos los pueblos antiguos vieron surgir, de forma paralela a sus creencias religiosas, prácticas que incluían la adivinación, las maldiciones, la fabricación de “muñecos vudú” e incluso el contacto con los muertos: la nigromancia, sus practicantes fueron los primeros magos negros de la Historia.
Con la proliferación de estas prácticas, el hombre del mundo antiguo tenía la percepción de que cualquier mal, enfermedades, infortunios e incluso la muerte, podía tener su origen en la “magia negra” practicada por sus enemigos.
Tales creencias eran conocidas desde hace mucho tiempo a través de textos literarios como la Odisea de Homero y obras de autores clásicos como Heródoto, Platón o Plinio el Viejo, pero en las últimas décadas ha recibido una atención especial por parte del ámbito académico, de forma paralela al hallazgo de numerosas piezas arqueológicas como las llamadas ‘tablillas de maldición’ o los ‘muñecos vudú’, han ido apareciendo en multitud de excavaciones de todo el mundo grecorromano.
Casi siempre se utilizaba con una finalidad egoísta o inmoral, ejercida con la intención de causar algún daño o de doblegar la voluntad de un enemigo,pero también habría que distinguir entre aquella magia realizada con fines benéficos como la fabricación y el uso de amuletos protectores contra todo tipo de males.

Tablillas de maldición:
Las llamadas tabellae defixionum o “tablillas de maldición”, son piezas consistentes en finas láminas generalmente de plomo, sobre las que se escribía el nombre de la víctima, acompañándolo de símbolos y fórmulas mágicas.
Estas tabellae defixionum, datan en un periodo cronológico que abarca desde el 500 a.C. hasta finales de la Antigüedad.
Estas tablillas, luego de preparadas con las inscripciones correspondientes, eran enrolladas, atravesadas por clavos o uñas y enterradas en el interior o las proximidades de una tumba, el lugar de una ejecución o en un campo de batalla, se escogía estos escenarios pues se suponía que los espíritus de los muertos ponían en marcha las maldiciones contra las víctimas.
La finalidad de estos hechizos podía ser muy variada: para perjudicar a un rival o conseguir atraer a la persona amada o por el contrario, podían buscar una meta positiva, como por ejemplo ayudar al espíritu de una persona fallecida de forma violenta.
Era necesaria en todos los casos, la intercesión de las fuerzas del inframundo, bien fueran los espíritus de los muertos ya mencionados o ciertas divinidades relacionadas con el mundo de ultratumba.
Muñecos Vudú:
Los denominados “muñecos vudú” son conocidas como kolossoi, se realizaban con plomo, aunque también se han hallado ejemplos en bronce, arcilla y cera, en muchos casos han aparecido asociadas a las tablillas.
Los muñecos “vudú” eran enterrados dentro o cerca de las tumbas, debían ser “activados” por los espíritus de los muertos, y en algunos casos en encrucijadas o masas de agua.
Por lo general se inscribía el nombre de la víctima sobre la figura, se modelaba con los brazos atados a la espalda y se atravesaban con clavos partes del cuerpo como la cabeza, los ojos, las extremidades o los órganos sexuales.
En el Museo del Louvre, en París se conserva una figurilla mágica que fue hallada en el interior de una vasija de arcilla acompañada por una lámina con un hechizo de amor inscrito en griego, dirigida a Ptolemais.

Papiros mágicos:
Los Papyri Graecae Magicae o Papiros Mágicos Griegos, un conjunto de textos escritos en griego, hallados en el desierto egipcio, no sólo evidencian la riqueza del sincretismo religiosos de Egipto bajo la dominación romana, sino que además amplían nuestro conocimiento sobre la variedad de hechizos y prácticas mágicas de la época.
Una de las instrucciones más singulares explica, cómo conseguir que el enemigo pierda la cordura: para ello había que atar un pelo de la víctima al de un muerto, y adherir ambos al cuerpo de un halcón, en otro caso, se alecciona al mago para conseguir que la víctima elegida sufra terribles pesadillas o incluso la muerte, después de dominar la ira del dios Seth y dirigirla contra el adversario deseado.
Hablar con los muertos:
La comunicación con los espíritus de los muertos, o nigromancia era una práctica desde tiempos muy antiguos, la primera mención de la que se tiene constancia se halla, precisamente, en el libro XI de la Odisea, un texto que data de la época arcaica.
La nigromancia fue una costumbre bastante común en Grecia eran lugares de profecía de los muertos o lugares donde se ve a los muertos.
Existieron cuatro oráculos, el Acheron en Thesprotia; el Avernus en Campania; Heracleia Pontica en el Mar Negro y el Tainaron en la península de Mani.
La nigromancia en época romana fue utilizada para desacreditar a figuras relevantes, e incluso a emperadores, como ocurrió con Nerón, Cómodo o Caracalla, entre otros.
Las distintas prácticas mágicas no fueron vistas por las autoridades de la misma manera y su percepción fue distinta entre griegos y romanos.
En Grecia, prácticas como la nigromancia no estaban mal consideradas, y por norma general sólo se perseguía aquel tipo de magia que buscaba dañar a un individuo o a la comunidad.
En Roma, las leyes fueron mucho menos permisivas, el emperador Augusto prohibió durante su mandato el uso de la magia o la adivinación con la intención de predecir la muerte.

Amuletos contra el mal:
Las víctimas de las más variadas maldiciones, contaban con distintos medios de protección frente al mal, el medio para contrarrestar los hechizos maléficos eran los amuletos protectores, conocidos como periapta o periamma, básicamente, consistían en una especie de láminas de oro o plata, llamadas lamella, que se colgaban del cuello y en las que se realizaban inscripciones.
Estos amuletos podían proteger frente a males generales o maleficios concretos, en otros casos, los amuletos podían consistir en gemas inscritas, cuyo poder era mayor en función de la riqueza y el valor de la piedra preciosa utilizada.
Fecha
18/Nov/2013
Etiquetas
magia negra antigüedad tablillas muñecos vudú amuletos daño males papiros mágicos
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