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10/May/2012
Lo Que Nunca Viste

Desiertos.

Esos secos paisajes.

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Los desiertos ocupan un 30% de la superficie del planeta, y conforman uno de los ecosistemas más extraños y más sorprendentes que existen: bruscos cambios de temperaturas que provocan un intenso calor durante el día y enormes caídas de temperaturas en la noche; animales y plantas especialmente adaptados para la escasez de agua y ardientes paisajes que de repente se ven salpicados por cálidos oasis donde abunda la vegetación y la vida.
No todos los desiertos han de ser de arena, realmente del total de los desiertos del Mundo, sólo el 20% está cubierto por arena. Algunos son grandes extensiones donde no hay ni gota de agua; otros son grandes extensiones salinas como el el Salar de Uyuni, en Bolivia que con 12.000 km2. es una gran planicie de sal formada tras la total evaporación del agua; e incluso hay quien estima que la propia Antártida debería ser considerada un desierto, pues éstos se caracterizan por su aridez.
El geógrafo Pevery Megis fue quien los clasificó en tres clases en función de su índice de pluviosidad en hiperáridos, áridos y semiáridos
Los principales agentes erosionantes de la la formación de los desiertos son provocados por: el viento y el agua, conjuntamente con la presencia de las grandes cadenas montañosas que paralizan e impiden la entrada de nubes sirviendo de barrera contra la lluvia en lugares que poco a poco, a lo largo de cientos de años fueron perdiendo la vegetación y degradando el ecosistema.
A demás de estos agentes, se le ha unido el hombre a través de su influencia en el cambio climático, que está provocando que el avance de los desiertos alcance casi 39.000 km. más cada año.

Los desierto más grandes e importantes del mundo son:
El Sahara, tiene una extensión de 7.780.000 km2, ocupa casi toda la parte norte de África, desde el Atlántico hasta el Mar Rojo.
El de Libia, tiene una extensión de 1.680.000 km2.
El de Australia, con sus casi 1.550.000 km2 ocupa casi la mitad del continente.
El Arábigo, con 1.300.000 km2.
El de Gobi, en Asia Central, con 1.040.000 km2
El del Kalahari, al sur de África, con 520.000 km2.
El de Siria, con 310.000 km2.
El de Takla Maklan en Asia Central, con 310.000 km2.
El de Nubia al sur de Egipto, con 260.000 km2.
El de Thar, entre India y Pakistán, con 250.000 km2.
E de Kizil Kum en Turkestán, con 225.000 km2.
El de Atacama en Chile, es el más árido del planeta, con 180.000 km2.
El del Colorado en EEUU, con 78.000 km2.
El de Sechura en Peru, con 27.000 km2.
El de Néguev en Israel, con 12.000 km2.

Cuando las grandes extensiones de arena son las que priman en sus paisajes es habitual encontrar en ellos las dunas, grandes acumulaciones de arena que forman pequeñas montañas móviles y que dejan entre ellas depresiones más o menos altas en función de su formación y la fuerza del viento.
Los oasis surgen por la presencia de una gran fuente de agua muy localizada junto a la que crece la vegetación y la vida como si de un auténtico milagro natural se tratase.
Poca vida existe en estos lugares: insectos, algunos roedores y cómo no, los conocidos camellos que utilizan los humanos en sus viajes, mientras que en entre el mundo vegetal abundan los cactus.
Fecha
10/May/2012
Etiquetas
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